jueves, 14 de diciembre de 2017

Un comentario sobre el "Evangelio de Santiago"

Hace pocos días expertos de la Universidad de Oxford han realizado un hallazgo sorprendente. Un extraño texto escrito en griego ha resultado ser la primera copia original conocida de una escritura cristiana que describe las enseñanzas secretas de Jesús a su hermano Santiago. Aunque este manuscrito pertenecía al grupo de los manuscritos de Nag Hammadi de 1945, no había podido ser analizado concienzudamente sino hasta ahora. Se cree que se remonta a algún punto entre el siglo II y VI d.C, y pertenece a una tradición herética descrita como gnosticismo: una forma primitiva, más bien mística, de cristianismo.

Geoffrey Smith comenta:

“El texto complementa el relato bíblico de la vida de Jesús, al permitirnos acceder a conversaciones que supuestamente tuvieron lugar él y su hermano Santiago: enseñanzas secretas que permitieron a Santiago ser un buen maestro después de la muerte de Jesús. También le revela información sobre el reino celestial y eventos futuros”.

Aunque el manuscrito parece salpicado con algunas ideas gnósticas, hay unos hechos relevantes que estructuralmente (en el marco de circunstancias) son idénticos a los narrados en el Libro de Urantia, revelado una década antes del descubrimiento de Nag Hammadi:

190:2.4 (2032.2) Cuando Santiago percibió que Jesús le estaba dirigiendo la palabra, quiso echarse a sus pies, exclamando: «Padre mío y hermano mío», pero Jesús le dijo que se pusiera de pie mientras él le hablaba. Caminaron por el jardín y conversaron casi tres minutos; hablaron de las experiencias de días pasados y pronosticaron los eventos del futuro cercano. Cuando se acercaron a la casa, Jesús dijo: «Adiós, Santiago, hasta que os reciba a todos juntos».

190:2.5 (2032.3) Santiago entró corriendo a la casa, mientras ellos lo buscaban en Betfagé, exclamando: «Acabo de ver a Jesús, y de hablar con él; yo conversé con él. No está muerto; ¡ha resucitado! Se desapareció de ante mí, diciendo, ‘Adiós, hasta que os reciba a todos juntos’».

190:2.7 (2032.5) Todos querían correr a la ciudad para decir a los apóstoles incrédulos lo que había ocurrido, pero Santiago los detuvo. Tan sólo se le permitió a María Magdalena volver a la casa de José. Santiago prohibió que ellos difundieran el hecho de esta visita morontial, debido a ciertas cosas que Jesús le había dicho mientras conversaba con él en el jardín. Pero Santiago nunca reveló nada más de la conversación que tuvo con el Maestro resucitado este día en la casa de Lázaro en Betania.

Los Documentos NO revelan los detalles de esa conversación de Jesús con Santiago, solo nos dan pistas las cuales coinciden con los datos del manuscrito. Posiblemente tienen que ver con la muerte en martirio de Santiago y algunas breves enseñanzas, que sin duda, deben haber sido rellenadas con doctrinas gnósticas posteriores. También esto respalda el papel que asumiría Santiago en la futura Iglesia de Jerusalén.

Y esta tesis parece corroborada porque aunque Santiago no reveló los detalles de esa conversación secreta con Jesús, si se supo por el boca a boca que el Maestro se apareció a su hermano. De hecho, hasta Pablo llegó a saberlo y ésta cita es reveladora:

"Después de eso se apareció a Santiago, luego a todos los apóstoles" - 1 Corintios 15:7

Así que el marco de circunstancias de la conversación privada de Jesús se supo, algo se filtró (parece hablaron sobre la muerte futura del hermano de Jesús y quizas sobre el movimiento cristiano), y una que otra frase profunda de enseñanza, pero el resto fué transformado en leyenda y llenado por las historias del gnosticismo que hablaban de un Jesús etérico aparentemente corporal, confundiendo la realidad del Jesús moroncial resucitado.